Haz una tarta de cerveza Guinness

Para despedir este mes de marzo tan lluvioso y feo que nos tocó y rogando que abril sea más benévolo con nosotros he hecho esta tarta:

¿A que parece de chocolate? ¿Y cómo os quedaríais si os dijese que en realidad está hecha con cerveza negra, Guinness concretamente? Ojipláticos, como yo la primera vez que la probé. Porque tenéis que probarla y después de eso nunca miraréis igual a un grifo de cerveza y entenderéis por qué la gente bebe cerveza y por qué los irlandeses son tan felices después de la segunda pinta.

La he visto en la página de Isasaweis, esa mujer todo terreno que tanto sabe de belleza, de peinarse, de vestirse, de trucos para maquillarse, de cocinar y mil cosas más, que parece la versión 2.0 de una abuela de esas de pueblo que saben hacer de todo por viejas, por diablos y por necesidad. Lo mejor es que cada cosa la explica con un vídeo, algo que a mí me viene genial porque si lo veo entiendo mejor lo que me quieren decir y no digamos ya en la cocina, ese campo en el que una está tan limitadita. 

Esta tarta la probé hace tiempo cuando un compañero nos la trajo y me quedé loca cuando dijo que estaba hecha con cerveza. ¿Perdona? ¿Cerveza? Yo la ví marrón oscura y mi cerebro procesó que era de chocolate y como tal me supo. Luego cuando te lo dicen te das cuenta que chocolate exactamente no es (aunque lleva cacao en polvo) pero a mí si me preguntan en la vida me sale que cerveza. También es verdad que yo no suelo tomarla habitualmente (excepto las claritas de verano, claro), lo mismo alguien más cervecero te lo saca a la primera.

Para lo que no hay duda es para lo bien que sabe, te mueres de lo rica que está y caes en pecado mortal sólo con probar un poquito, eso si eres capaz de parar porque una vez que empiezas te quedas sin voluntad y no puedes dejar de comer aunque sea migaja a migaja y diciendo que esa será la última.

Y el alcohol yo tampoco lo he notado, aunque digo yo que poco quedará después de calentar la cerveza en un cazo y después de los 50 minutos de horno. La niña la ha probado y no he notado ningún efecto secundario en ella excepto que en un descuido ha metido el dedo en el frosting y casi se lo ha cargado ella sola.

Aquí podéis ver el vídeo con la receta, muy bien explicada paso a paso y con unos cuantos trucos interesantes. A mí no me pareció difícil de hacer y los ingredientes no son nada complicados de conseguir.

He aquí la receta:

Ingredientes para la tarta:

- 250 ml. de cerveza Guinness.

- 250 grs. mantequilla.

- 75 grs. de cacao en polvo.

- 400 grs. de azúcar.

- 250 grs. de harina.

- 2 cucharaditas y media de bicarbonato (se pueden sustituir por un sobre de levadura química).

- 1 cucharadita de azúcar avainillado o esencia de vainilla.

- 140 ml. de nata líquida 35% M.G.

- 2 huevos.

1. Se pone la cerveza en un cazo al fuego y se calienta sin que llegue a hervir. En ese momento se agrega la mantequilla, se remueve hasta que se disuelva y se aparta del fuego y se reserva.

2. En un bol se mezclan bien con una varilla los ingredientes secos: el cacao en polvo, el azúcar, la harina, el azúcar avainillado y el bicarbonato y también se reserva.

3. En otro bol se echa la nata líquida y los dos huevos y se remueve bien hasta obtener una crema homogénea, a la que se le agrega la cerveza con la mantequilla y se sigue removiendo. Esta mezcla a su vez se vierte en el bol con los ingredientes secos (cacao, azúcar, harina, etc.) y se mezcla todo con unas varillas. 

4. Con un trozo de mantequilla se engrasan el fondo y las paredes de un molde desmontable. Se espolvorea con harina y se mueve hasta que no quede ningún hueco sin cubrir. Se vierte en él la mezcla que hemos preparado y se mete en el horno (precalentado a 180º) durante 50 minutos o hasta que metamos un palo de brocheta y salga limpio. Una vez cocido se saca y se deja enfriar.

Ingredientes para el frosting:

- 300 grs. de queso de untar.

- 150 grs. de azúcar glas.

- 360 ml. de nata para montar 35% M.G.

Nota: con estas cantidades a mí me sobró bastante, así que podéis probar a echar menos.

1. En un bol echar el queso de untar y el azúcar glas y mezclar bien con unas varillas hasta obtener una crema y reservar. 

2. En el vaso de la batidora verter la nata y montarla con ayuda de unas varillas eléctricas. Isasaweis dice que también se puede hacer a mano, pero que es más laborioso y más cansado seguro. Otra opción que da es utilizar nata montada teniendo en cuenta no añadir azúcar al queso porque la de este tipo es dulce. Un truco para que monte rápidamente: la nata y el recipiente donde se hará deben estar bien fríos. Tengo que decir que yo lo hice y me funcionó. No os cuento la cara que me puso el esposo cuando abrió la nevera y vio la jarra de la batidora vacía junto a los yogures. 

3. Incorporar la nata una vez montada a la crema hecha con el queso y el azúcar, mezclando con una espátula con movimientos suaves y envolventes para que no se baje la nata. Con esto ya tenéis listo el frosting.

Un último paso antes de hincarle el diente:

Una vez fría y desmontada la tarta se cubre con el frosting. Si lo dejáis caer por los bordes simulará la espuma en un vaso de cerveza.

Y sí, está tan rica como parece:

  

 Probad a intentar dejar un trozo en el plato, a ver qué pasa:

 

 

Según Isasaweis recién hecha está deliciosa porque tiene una textura esponjosa, pero ella recomienda dejarla en la nevera y comerla al día siguiente porque entonces la masa se vuelve densa y el frosting dulce. Yo no pude probarla al momento de hacerla así que no puedo hablaros de la diferencia hasta la próxima, que haré ya mismo por petición popular.

P.D.: El post de hoy se lo dedico a Pablo, gracias a quien conocí esta tarta y me chivó de dónde sacar la receta, y a Clara, a Elsa, a Marta, a Salomé, a Clarita, a Nagore y a Azara. Por tantos momentos tan buenos como esta tarta.

¡Feliz y dulce lunes!