En mi casa somos de comer con mantel. Grande o individual. Y de tela. Poner los platos o los cubiertos o el pan encima de la mesa sin nada que se interponga entre el mármol me da grima. Y además se me enfrían los brazos si los apoyo directamente sobre él, aunque lleve manga larga.
Hace un par de meses compré tela en una tienda para que mi madre me hiciese uno. En ese momento pensé en que me había encaprichado con una tela que me iba a salir el mantel por un pico. Y seguí pensando cómo podría arreglármelas para tener uno bonito y barato y bueno si podía ser además, que a la velocidad con que nos cargamos manteles en esta familia falta me iba a hacer.
No pensé más en ello hasta que dando una vuelta por Ikea, concretamente por la sección de menaje de cocina se me encendió la bombilla. Mirar los paños Elly (esos que vienen en un rollo de cuatro) y ver mi mantel fue todo uno.
Compré un par de rollos y salí disparada a medir la mesa de la cocina. Clavado. Con cuatro de ellos tenía para un mantel. Lo siguiente fue buscar otros dos que tenía por casa, descoserles los bordes, hilvanarlos para que mi madre me los pasase con la máquina y aquí tenéis el resultado. Un mantel por dos euros, bonito, fácil de lavar y que cuando esté para el arrastre no va a dar penatirar reciclar.
Y el nuevo lo guardo para las visitas, porque al final me gusta más este:
Cuando se lo llevé a mi madre no se lo creía, pero después de verlo puesto a ella también le encanta. Tengo preparados otros dos y además he hecho servilletas cortándolos por la mitad. Cuanto más lo miro más me gusta.
¡Pasad un feliz miércoles!
No pensé más en ello hasta que dando una vuelta por Ikea, concretamente por la sección de menaje de cocina se me encendió la bombilla. Mirar los paños Elly (esos que vienen en un rollo de cuatro) y ver mi mantel fue todo uno.
Compré un par de rollos y salí disparada a medir la mesa de la cocina. Clavado. Con cuatro de ellos tenía para un mantel. Lo siguiente fue buscar otros dos que tenía por casa, descoserles los bordes, hilvanarlos para que mi madre me los pasase con la máquina y aquí tenéis el resultado. Un mantel por dos euros, bonito, fácil de lavar y que cuando esté para el arrastre no va a dar pena
Y el nuevo lo guardo para las visitas, porque al final me gusta más este:
Cuando se lo llevé a mi madre no se lo creía, pero después de verlo puesto a ella también le encanta. Tengo preparados otros dos y además he hecho servilletas cortándolos por la mitad. Cuanto más lo miro más me gusta.
¡Pasad un feliz miércoles!
Jajajaj.... Me encanta. Yo tengo esos trapos y me entusiasman y muchas veces me pasa eso, veo algo y ya lo veo transformado ;)
ResponderEliminarA mí me pasa constantemente, lo peor es cuando intento explicarle a alguien una de esas ideas y me mira con cara de marciano. Lo que yo veo tan claro en mi cabeza no lo está tanto para los demás, así que suelo guardarme para mí el proceso y enseñar sólo el resultado. ¡Muchas gracias por comentar!
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