El búho de trapo

Este es el primer peluche con el que durmió mi hija. Recuerdo que cuando la acostaba, le ponía unos cuantos a su alrededor, bien forrada, para que no se sintiese sola y me llamase (gritase) llorando en mitad de la noche. Pero ni con esas. Nada más cerrar la puerta, se dedicaba a lanzar manotazos y patadas, y salían todos despedidos.

Hasta que creé al Señor Búho:

Todo empezó cuando encontré aquí este búho. Me gustó tanto, que me lancé a hacer uno yo misma.

Como no estaba segura del resultado, y no quería estropear una tela bonita, utilicé unos restos que mi madre tenía guardados. Ojalá hubiese podido predecir la vida que iba a llevar el animalico. Habría escogido otra tela menos fea, y le habría dedicado más atención al flequillo.

Cuando mi hija lo vio, decidió adoptarlo. Dormía con ella y la acompañaba a todas partes. El romance duró unos dos años. Pasado ese tiempo, un día perdió el favor de la princesa, y no volvimos a verles juntos.

Últimamente, el dueño de su corazón es un Oso Amoroso de peluche que mi madre me compró a mí cuando era pequeña. Estoy buscando inspiración para hacerle un nuevo amigo de tela, porque el bicho ese está hecho polvo.

Éste me gusta por los colores:

Éste de la talla XXL, tendría que dormir solo:



¿Qué me decís de estos búhos hechos con piñas? ¿No son adorables?

Aquí tenéis el tutorial para hacer éste tan cuadrado, con tantos cuadros:

¿Os atrevéis con estos gorros de búho?

Mirad éstos qué sencillos, con tutorial incluido:

Qué buena idea, de sujetalibros. O sujetapuertas, en cualquiera de los dos sitios quedan bien:



Éstos se hacen en un periquete, con el tubo de cartón del papel higiénico:

Los he encontrado también en fieltro:



¿Qué mejor compañero de sueños que una almohada?

¡Qué gracioso! ¡Éste me lo pido para mí! Está hecho con un calcetín. Voy a convertirlo en un llavero: