Soy Sonia, la pecosa que está detrás de Pica. Soy una chica de pueblo. Nací y me crié en un #pueblitobueno, mi #pueblitobueno.
En las montañas asturianas. Tan pequeño que sólo tenía una tienda-bar.
Los sábados en verano subía el heladero y cuando aquella furgoneta
pitaba salían niños de todas partes.
No
teníamos mucho y lo teníamos todo. Le echabas imaginación y un palo
podía ser un caballo o una espada o una pistola. Una pluma enganchada en
el pelo te convertía en indio. Una caja de fruta hacía de cuna para los
muñecos o de mostrador para una tienda. Un pasamanos era el tobogán
más divertido (y el rompehuesos más eficaz) y la rama de un árbol, un
columpio.
Me
habría gustado vivir siempre allí, pero en aquella época si querías
progresar tenías que irte tan lejos como pudieses. Me pasó como a Daniel El Mochuelo de Delibes. Mis padres querían que
progresase y aunque yo no entendía qué era eso, me marché.
Abandoné mi #pueblitobueno. Anduve por el mundo. Me casé con el #esposo y tuvimos a #laniña.
Y a partir de ahí las cosas empezaron a cambiar porque esa personita se convirtió en mi absoluta prioridad.
Y a partir de ahí las cosas empezaron a cambiar porque esa personita se convirtió en mi absoluta prioridad.
Recuerdo que sus
primeros Reyes Magos le trajeron un cubo
interactivo para hacer actividades. Era un
bebé de apenas 9 meses y a los pocos minutos lo abandonó.
Lo sorprendente fue que le gustó la caja donde venía el juguete. No se
cansaba de jugar con ella, tanto que tuve que reforzarla con
cinta de embalar. Uno de los laterales tenía un
agujero para probar el producto antes de comprarlo, y era por donde sacaba y metía cosas con sus manitas regordetas.
Descubrí que su
entretenimiento favorito a la hora de comer era hacer carreras con
garbanzos, como si fuesen chapas, sobre la bandeja de la
trona. Muchas veces pasábamos el rato a oscuras en su
habitación jugando con la luz de una linterna, y otras hacíamos guerras de bolas en el pasillo con calcetines enrollados.
Volví a convertirme en aquella niña que inventaba juguetes y se entretenía con lo que tenía a mano. Y al poco tiempo surgió este blog, para recopilar todas las manualidades que hago junto y para mi hija. Las mismas que sin darme cuenta, sirven para que aprenda valores como cuidar las cosas, utilizar la imaginación u obtener algo nuevo reciclando.
Pica Pecosa es el camino de vuelta al #pueblitobueno. Pasa y ponte cómodo, estás en tu casa.