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17 de noviembre de 2014

Bote de cocina reciclado con chalk paint y tela

Allá por el verano os enseñaba un bote de cocina de esos de guardar legumbres que había reciclado con chalk paint y tela aquí. Entonces os contaba que había salido de la casa del #pueblitobueno que sigue guardando tesoros en forma de juegos de café con dibujos de parejitas que parecen sacadas de la corte de Luis XVI, platos de duralex y tazas de desayuno con diseños psicodélicos. Hay un crucifijo de madera regalo de boda de mis padres tan grande que el Jesucristo parece un Nenuco con un rosario a juego con las bolas del tamaño de pelotas de tenis, que porque todavía no he sido capaz de convencer al esposo que si no ya lo tenía colgado en la entrada o estaba presidiendo el comedor. Palabra.

Yo cuando voy por allí controlo las ganas de llevármelo todo poniendo por delante el criterio de que tenga una funcionalidad pero estoy planeando una remodelación en casa sólo para traer todas esas cosas que hay muchas que son guapas de puro feas que son. 

Y doy gracias mientras que esto no vaya a mayores (en tamaño, se entiende) que hay una mesita que cada vez que la veo me pone ojitos y no hago más que visualizarla pintada con chalk paint en la habitación de la niña y una cómoda con espejo que ya he desarmado y pintado mil veces en mi cabeza, el mueble para escritorio de la niña y el espejo para nuestra habitación que hasta los colores les tengo decidido, oliva para el mueble y gris francés para el espejo.

Mientras, aplaco mis ansias restauradoras con cosas menos aparatosas o al menos más fáciles de disimular entre el equipaje que traemos de vuelta de esas visitas, como este bote de cocina.
La base es el gemelo del que os enseñaba en julio y os prometo que ya no se hacen cosas como las de antes, porque estos botes deben de datar de la época de recién casados de mis padres (...) y ni una grieta ni una falta ni nada de nada, impecables como el primer día excepto el dibujo pero yo creo que ahí lo mismo que pasó fueron los años de exceso de celo de mi madre con el estropajo más que la calidad de la pintura y si no juzgad vosotr@s mism@s.
Para éste escogí una tela de fondo gris con estrellitas blancas que nada más verla la compré aunque no sabía en qué iba a emplearla porque me enamoró al primer vistazo. La tapa quería coordinarla con la tela y la pinté con chalk paint gris claro.
Queda taaan bonito y es tan práctico para meter mis cosas de manuales. ¿A vosotr@s cómo os parece que ha quedado?

¡Feliz comienzo de semana y que la tengáis muy buena!


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