Por fin dejamos atrás todas las actuaciones de fin de curso del mundo, todas las graduaciones, todos los preparativos para todas las cosas imaginables y todos los agobios y atragantones. Por fin se quedaron atrás las cosas a medio hacer, las carreras, las prisas, el no llegar nunca a tiempo a ninguna parte y el enterarte de las cosas a salto de mata.
Hoy voy a disfrutar de este momento de tranquilidad, sin una sola tarea pendiente en el horizonte y sin ningún sobresalto de última hora porque han retocado un disfraz y te has enterado veinte minutos antes del estreno mundial en el escenario del salón de actos. Voy a paladear este dulce momento y voy a recordarlo dentro de quince días, cuando esté arrastrada por las aceras pidiendo a gritos que vuelva esa sagrada institución que mantiene a nuestros pequeñuelos a buen recaudo sin pedir nada a cambio más que vayamos a recogerlos a su hora.
No hay una sola nube en el cielo, comemos helado todos los días y me han vuelto a salir pecas. Eso es para celebrarlo, y no se me ocurre mejor forma que hacerlo con una creación tan bonita como esta caja del Ratoncito Pérez.
He de decir que es una de las más solicitadas por mis pequeñas clientas y las entiendo, porque son lo máaaas, como dice mi hija.
Si vosotr@s también queréis una, sólo tenéis que mandarme un mail y pedirla con la tela que más os guste, que para eso tengo un catálogo laaargo como el verano que hemos empezado.
Y para acabar de animaros, os diré que cada una lleva dentro y de regalo, una sorpresa para avisar al Ratoncito de que esa noche tiene que pasar por casa.
¡Animáos y pasad un feliz lunes!
Es monísima...me encanta!!! la pena es que mis niñas ya son un poquito mayores :(
ResponderEliminarOh, en ese caso siempre queda la opción de convertirlas en cajas para tesoros ;-D
ResponderEliminarUn abrazo, y muchas gracias por pasarte y por comentar