2 botes reciclados con washi tape (I)

Este año los Reyes Magos dejaron en mi casa, entre otras cosas, el restaurante de Las Barriguitas. Es un armatroste de plástico que tiene todo el menaje que hay en uno de verdad, pero en pequeño. Bueno, en pequeño no, en pequeñísimo. Al segundo día de pisar botellas, vasos y hasta hamburguesas que se desperdigaban por toda la casa cada vez que la mini cocinera se ponía a los fogones, puse a Pica Pecosa a pensar.
Y la solución salió precisamente de la cocina, concretamente del envase de plástico tamaño familiar de la mayonesa. Sólo con girar la tapa teníamos los yogures y los huevos a buen recaudo.
Para decorarlo utilicé washi tape, esa cinta adhesiva que es la pera y que deja todo lo que toca guapo y bonito y elegante y glamuroso.
Yo hice lo que pude con uno que compré en Hascot kids:
A mi hija le gustó la idea de guardar las cosas en un bote, y a mí cómo quedó con el washi. Es muy fácil de usar, limpio y lo más importante, no lleva nada de tiempo. Además, en mi última visita a Ikea había comprado unos cuantos rollos y me apetecía estrenarlos.
Recurrí de nuevo al bote de plástico, esta vez de café soluble, y me dispuse a meter en cintura a esos plastidecores rebeldes que me pintan la pantalla de la televisión, el parquet y el mueble del salón cada vez que salen de la caja. 
Así es cómo quedó:
 
  
He reciclado más envases para los rotuladores y los lápices de colores. Cuando los tenga listos, os los enseño.
¡Feliz jueves!






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