Así a priori, la combinación de pendientes de perla y pintura de uñas no parece que sea la más acertada, pero este verano comprobé que funciona.
Necesitaba unos pendientes a juego con una camisola fucsia. Cada vez que me la ponía, me acordaba de que tenía que hacerme con unos. Y así todas las veces. Hasta que un día pintándome las uñas, se me encendió la bombilla: podía conseguirlos pintándolos yo misma:
Unas cuantas manos de pintura, dependiendo de la intensidad de color que se quiera conseguir, otras tantas horas de secado, y aquí os presento mis viejos pendientes nuevos:
No creía que fuesen a quedar tan bien, de hecho utilicé unos pendientes de Primark de esos que vienen media docena juntos de diferentes tamaños, por si acaso:
Y sí, lo de pecosa es literal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario