Acabo la semana con esta caja de zapatos que forré con un papel de regalo de banderines. Os sonará porque ya lo habéis visto en la ensaladera que se convirtió en joyero:
Lo que yo no sabía era que mi hija acabaría convirtiéndola en la habitación de la muñeca cuyos muebles montamos juntas hace unos meses:
Esto me ha dado una idea...
Me vuelve loca cuando las niñas nos demuestran ser menos materialistas que nosotras. Les compramos miles de juguetes y luego son felices con lo mínimo.
ResponderEliminarMi hija de una caja de ordenador se fabricó un mostrador para jugar a las tiendas, pero es que además el mostrador por dentro era su casa, le hizo hasta una apertura para el buzón.
Ahora me ha cogido una caja de cartón y es la mesa del colegio de sus muñecas...
Y yo feliz de que los juguetes se le queden nuevos... me encanta su filosofía, su imaginación y su todo.
Estoy contigo, Elena, son tan simples en las cosas tan complejas que hacen. La mía le ha construido una casa para la Nancy con una caja de galletas y la tapa de una caja, sujetándola con una goma. Nos empeñamos en hacerles felices por el lado equivocado. Me veo tan reflejada en ella...
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