Hace unos días, saqué la ropa de temporada y guardé la de invierno. Otro ritual de esta época del año, es que mi hija pruebe modelitos para descartar los que se han quedado pequeños, e incorporar nuevas adquisiciones.
Entre éstas, se encontraba el vestido que os voy a mostrar. Sólo necesitaba acortarlo, porque el resto le quedaba perfecto. Lo malo fue que me pasé cortando, y el vestido casi se convirtió en camiseta. Así quedó:
La única opción que tenía era ponerlo con un pantalón debajo. Pero me fastidiaba quedarme sin vestido, así que decidí recuperarlo poniéndole volantes. El resultado podéis verlo en la siguiente foto:
Lo alargué poniéndole dos volantes en el bajo, hechos con dos telas diferentes que tenían el mismo tono (fucsia). También le puse en las mangas, para conseguir un efecto divertido. En la siguiente foto tenéis la transformación, paso a paso:
Así que ya sabéis, un desaguisado de éstos tiene fácil solución. Ojalá fuese igual cuando la peluquera mete demasiada tijera...
Mirad otros que he encontrado dando una vuelta por la red. Todos están hechos a mano, y muchos, utilizando materiales reciclados.
Este vestido está hecho con una camiseta vieja y dos retales de tela:
El mismo material que utilizaron para hacer éste:
Otro modelete confeccionado con camisetas:
Éste salió de una camisa de papá:
Me encantan sus colores:
De falda, a vestido. Claramente, más lucido, original y bonito, el vestido:
¡Mañana más!
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