Vestido y corona de princesa

Recuerdo que cuando yo era niña, mi madre me hizo un disfraz de princesa con un vestido suyo, y fabricó un gorro de cucurucho con cartón y tela. Para mí fue lo más, creo que me puse aquella ropa todos los días, hasta que ya no cupe dentro.

Así que al pedirme ideas para hacerle un regalo a la niña de sus ojos por su cumple, no lo dudé. Y ella, que es una maga de la máquina de coser, se puso manos a la obra.

Además, con tan buena suerte, que en mi siguiente visita a Ikea encontré unas cortinas en el rincón de oportunidades ideales para convertirse en un trapito real.

El vestido lo hizo con un cuerpo liso, al que cosió una falda con mucho frunce para darle volumen. Buscando el mismo efecto, hizo las mangas tipo farol. Para finalizar, le puso una sobrefalda abierta por delante.

Así de divino quedó:

La parte de atrás la cerró con un velcro:

Yo le eché una mano con el dibujo de las lentejuelas, y con las flores de las mangas, la cintura y la parte delantera de la sobrefalda. Más sencillas de hacer, imposible: empecé recortando tres círculos en las telas que iban a componer la flor (1). A continuación, doblé cada círculo por la mitad (2), y esa mitad, volví a doblarla nuevamente (3). La cosí por el extremo, para que no se abriese (4). Una vez que hice lo mismo con los otros dos círculos, los cosí todos juntos por los estremos (5). Podéis hacer flores de tantos círculos como deseéis, y cuantas más veces los dobléis sobre sí mismos, más tupidas os saldrán (6):

Otro vestido que me gustó mucho es éste:

Un complemento imprescindible para cualquier princesa es la corona. Para hacer la mía, me inspiré en ésta:

Me dio la idea de hacerla en fieltro, forrada por dentro con tela, para darle más consistencia. En el borde superior le cosí perlas, y en el inferior, lentejuelas en distintos tonos de azul. En el centro, un viejo broche con forma de flor. Para cerrarla y adaptarla a diferentes medidas, utilicé velcro. Sencilla y bonita: