Haz arroz con leche

Si hace unas semanas os invitaba aquí a llevar una vida sana y llena de vitaminas y de satisfacción por el trabajo bien hecho, hoy me voy al otro extremo y os traigo el postre favorito del esposo: arroz con leche.

Que tiene que ser no muy caldoso pero tampoco seco, mejor si está un poco pasadito, llevar mucho limón, poco azúcar y canela la justa, ni mucha ni poca.

Si va quemado por encima entra en éxtasis místico pero yo a eso me niego en redondo y en cuadrado y en lo que sea necesario porque sólo me falta un aparato que lanza una llama para que tengamos la versión española y casera de El Coloso en Llamas.

Y del cacharro ese como el que utilizan para marcar el ganado ni os cuento, cuánto va a que acabo yo marcada como una res en lugar del postre.

 
Yo no soy muy de dulce y me tira más lo salado (aunque si me dan a elegir entre un trozo de chocolate y una tapa de jamón lloraría de frustración porque no podría decidirme) pero si puedo ganarme puntos con algo en apariencia tan sencillo como un arroz con leche no me lo pienso.

Digo en apariencia porque en la cocina nunca nada es tan fácil como parece al menos las tres o cuatro o cinco primeras veces que lo haces y este postre no iba a ser una excepción aunque también os digo que es verdad eso que dicen de que con la práctica se llega a la perfección o a algo comestible en mi caso.  

Un último consejo antes de empezar: preparad el brazo porque os vais a hartar de remover, tenéis que estar una hora (sí, sí, una hora enterita, sesenta minutos uno detrás de otro) dándole que te pego a la cuchara porque esta es la receta de la bisa Elvira del esposo y como todas las cosas que hacían las bisas están de muerte pero para distrutarlas antes tienes que partirte los brazos.

Pero vayamos al lío que hoy hemos venido a cocinar.

Los ingredientes necesarios para hacer un arroz con leche son los siguientes:

-  Arroz (de grano redondo): un tazón.

-  Leche: litro y medio. Recomendable entera para que salga cremoso aunque con desnatada sale igualmente rico.

-  Canela: al gusto. 

- Corteza de limón: al gusto también y con la precaución de cortar solamente la corteza porque la parte blanca que hay debajo amarga.

- Azúcar: al gusto igualmente aunque para estas proporciones lleva medio kilo.

- Agua: un poco, como un dedo aproximadamente para romper el arroz.

Empezamos poniendo una olla (mejor grande) a fuego fuerte con el agua y esperamos a que hierva:

En ese momento echamos el arroz y lo removemos hasta que agote el agua y así pierda el almidón o se rompa, como dicen en algunas casas.

Cuando el agua se acabe añadís la leche. Hacedlo poco a poco y en pequeñas cantidades para que el arroz la vaya absorbiendo a la vez que se cuece.

En este momento ponéis también la canela y la corteza de limón para que vayan dando sabor:

Tenéis que seguir con el fuego fuerte durante todo el proceso y el proceso del arroz con leche implica estar dándole al cucharón para que no se pegue. Removéis sin parar y a medida que el arroz va absorbiendo la leche, vais añadiendo más y así sucesivamente durante la hora más larga de vuestra vida.

El último cuarto de hora es donde os jugáis los cuarenta y cinco minutos anteriores porque es cuando hay que añadir el azúcar, que desgraciadamente se pega con el calor que no veas y con el fuego fuerte como lo tenéis ni os cuento.

Así que durante esos quince minutos tenéis que apretar los dientes, meter al brazo una marcha más y darlo todo. La única forma de conseguir vuestro objetivo es mirar ese brazo que no para de dar vueltas como si no fuese vuestro.

Después de una hora removiendo sin parar alcanzáis la gloria y ya tenéis listo vuestro postre. Lo volcáis en una bandeja o en un larguero o en lo que tengáis donde quede bien extendido hasta que se enfríe. 

Una vez bien frío podéis meterle cuchara sin más o espolvorearlo con canela en polvo, quemarlo con un soplete o marcarlo con el otro cacharro. 

Os aseguro que os va a encantar y no vais a dejar de pensar que el esfuerzo ha merecido la pena:

¿Qué os ha parecido la receta? ¿Verdad que es muy sencilla? Y además es un postre muy sano y nutritivo que después de unas horas en la nevera entra solo.

¡Pasad un feliz fin de semana y animaros a hacerlo estos días!

P.D.: Unos trucos basados en hechos reales: 

1: Si os habéis quedado cortos con el azúcar, poned al fuego leche con la cantidad de ella que os parezca que falta y no dejéis de remover hasta que hierva. En ese momento lo añadís al arroz. Si no lo contáis nadie se dará cuenta. 

2: Si el arroz os ha quedado seco porque habéis puesto el brazo en modo croqueta en lugar del modo arroz con leche, hervid tanta leche como estiméis que será necesario y a continuación añadidla al arroz. Esto funciona incluso después de que haya estado enfriando durante varias horas.

3: Si os habéis olvidado de la canela y el limón probad a hervirlos aparte unos minutos en leche y después añadidla al arroz.