A mí el rincón de oportunidades de
Ikea me tira mucho, tanto que si de mí dependiese le haría una sección
propia entre la de los marcos y la de jardín. Será por el precio o por
el batiburrillo de cosas pero yo soy feliz en esos pocos metros
cuadrados y me adentro en ellos poseída por el espíritu del cazador que
anda al acecho de la mejor presa.
Otra
ventaja añadida a este sitio aparte de la emoción de descubrir algo muy
genial a un precio muy bueno es que al estar todo mezclado y fuera de
su contexto es más fácil aún encontrarles segundos usos y terceros y los
que haga falta. De pantallas de lámparas que acaban de floreros a
edredones que se convierten en manteles pasando por las tazas que están
formando el juego de café más grande y desparejado del mundo.
Hace
tiempo encontré este salero y este pimentero cada uno en un extremo de
una balda. Estaban los dos solos, les faltaba la tablilla donde deberían
ir encajados y habían perdido a un tercer compañero por el camino.
Tampoco los necesitaba porque nada más verlos supe que serían unos botes
ideales para que la niña guardase esas joyas en miniatura que tanto le
gusta poner y que misteriosamente aparecen en los sitios más
insospechados.
Así es cómo venían en el catálogo original.
Los que yo tengo son el grande con agujeros y el pequeño sin tapa que en la foto no se ve pero venía con un saliente de madera por abajo, imagino que para encajar en la tablilla y que el #buenabuelo se encargó de rebanar limpiamente con una de sus herramientas para que apoyase mejor.
El último paso fue pintarlos cómo no, con chalk paint. Para hacer las líneas tan rectas pegué cinta de carrocero en los bordes por si me salía que pintase en ella y no en la madera.
Fijaos en el tapón de este que en la parte superior es de madera y lleva un corcho pegado debajo.
Si no sois asiduos de la sección de oportunidades no os la perdáis porque merece la pena y a los que estáis enganchados como yo, qué más puedo añadir.
¿Qué os ha parecido el resultado? A la niña le encantaron y se tomó las fotos al pie de la letra porque se quedó con el colgante de bigote. Tengo que convencerla de que lo necesito porque a ver cómo celebro yo si no que estamos en #movember.
¡Sed muy felices este jueves!
Así es cómo venían en el catálogo original.
Los que yo tengo son el grande con agujeros y el pequeño sin tapa que en la foto no se ve pero venía con un saliente de madera por abajo, imagino que para encajar en la tablilla y que el #buenabuelo se encargó de rebanar limpiamente con una de sus herramientas para que apoyase mejor.
Luego yo lo aproveché para hacer con él una tapa pegándolo a un corcho de botella cortado a su medida.
El último paso fue pintarlos cómo no, con chalk paint. Para hacer las líneas tan rectas pegué cinta de carrocero en los bordes por si me salía que pintase en ella y no en la madera.
Al mayor no le tapé los agujeros de la base porque son tan pequeños que no hay peligro de que se escape ningún mini tesoro.
Fijaos en el tapón de este que en la parte superior es de madera y lleva un corcho pegado debajo.
Si no sois asiduos de la sección de oportunidades no os la perdáis porque merece la pena y a los que estáis enganchados como yo, qué más puedo añadir.
¿Qué os ha parecido el resultado? A la niña le encantaron y se tomó las fotos al pie de la letra porque se quedó con el colgante de bigote. Tengo que convencerla de que lo necesito porque a ver cómo celebro yo si no que estamos en #movember.
¡Sed muy felices este jueves!
Es una monada!!
ResponderEliminar¡Muchas gracias! Sólo hay que ver las cosas con otra mirada
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