La manualidad que os traigo hoy tiene ya más de dos años, pero no había encontrado el momento de enseñárosla. Se trata de una manopla de cocina de Ikea que se había quedado para el arrastre, entre quemaduras y manchas que ya no salían con nada. Este es el original:
Lo primero que hice fue sacar un patrón con la forma de la manopla, dejando suficiente espacio para doblar por los bordes. A continuación, lo recorté sobre la tela que había escogido, una para cada parte. Por último, cosí las dos telas a los bordes de la manopla y rematé por donde se mete la mano. Así quedó:
Utilicé una tela que le había sobrado a mi madre de hacer un tapete, y que parecía resistente. Pero después de tanto tiempo conmigo en la cocina, se ha deshilachado por un extremo, así que no tardareis mucho en verla de nuevo por aquí, aunque con otro aspecto.
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