¡Cómo se agradece el solecito! La gente tiene ganas de verano, y se nota. Este fin de semana lo pasamos fuera de casa. Con el buen tiempo que hacía, nos pusimos a secar en un merendero, en el paseo de una playa, y en un mercadillo. Y con nosotros, miles de personas, millones de españoles que ya están hartos de tanta lluvia. Que entendemos que es necesaria, pero ya tenemos suficiente.
Lo que ví estos días fue mucha ropa de verano debajo de unas cuantas capas de ropa; a medida que el calor apretaba, ibas quitando prendas, y viceversa. Al menos aquí en el norte no te queda otra, porque a la tarde se ponía frío de verdad y no sobraban chaquetas y pañuelos.
Para ir preparando el ambiente, hoy os traigo una camiseta de mi hija, a la que he dado un poco de alegría con unos madroños:
Inicialmente no era de tirantes, sino que tenía dos volantitos en las mangas, pero se fueron deshilachando y estropeando. Me daba pena tirarla, porque el resto estaba en buen estado, así que pensé en reanimarla quitándole los volantes y sustituyéndolos por unas tiras de madroños:
Así que ya sabéis, antes de desechar cualquier prenda, pensad si podéis darle una segunda oportunidad. Con poca cosa, tenéis una camiseta nueva.
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