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28 de enero de 2013

Haz rosquillas

La semana pasada hicimos rosquillas. Estábamos en casa con la lluvia azotando contra los cristales cuando mi hija lo propuso.
En ese sentido somos así de explosivas; cuando se nos ocurre algo nos ponemos a ello sin pensarlo aunque muchas veces nos encontramos a mitad de faena o de receta con que nos faltan ingredientes.
Esta vez tuvimos suerte porque seguimos una que nos había dado mi amiga y lectora habitual Patricia y lleva unos ingredientes tan sencillos que se tienen en el armario de por sí aunque no seas de hacer postres caseros:
* Las cucharadas son soperas.

Hacerlas no puede ser más sencillo. Empezamos batiendo los huevos (1) a los que se van añadiendo el resto de ingredientes (2) y se mezclan con las manos hasta conseguir una masa homogénea que no se pegue a los dedos (3):
El siguiente paso es hacer un churro (4) para dar forma a las rosquillas (5 y 6) y freirlas en abundante aceite (7):
Cuando están doradas se sacan a un recipiente y se espolvorean con (mucho) azúcar. El aspecto con que se quedan es este:
También es verdad que saben el doble de ricas si te las tomas con un colacao calentito y fuera hace mal tiempo.

Este post se lo dedico a Patricia y a toda su familia por cedernos la receta. Y a una vecina que tenía en el pueblo donde me crié, Honorina (Norina), que nunca nos reñía a los críos que andábamos siempre por ahí atravesados haciendo el bruto. Recuerdo que me asomaba a la ventana de su cocina y siempre tenía algo rico para darnos. Y me acuerdo de ella y de sus rosquillas cada vez que las hago con mi hija.


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